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Ministro de Transportes explica proyecto que busca aplicar restricción permanente a vehículos con sello verde

Se viene la mano dura con los catalíticos

Autoridad podrá determinar restricción por congestión en tramos puntuales o en zonas completas. Los conductores podrán eximirse pagando un pase diario.

E ste sábado fue la tercera jornada del mes en que se implementó una restricción para los vehículos con sello verde en la Región Metropolitana. La medida, impulsada para mejorar la calidad del aire, ha ayudado a descontaminar y a descongestionar las calles de Santiago, aunque a varios les ha sacado canas verdes. Ahora: ¿cómo se vería con una restricción vehicular permanente?

La opción no se ve tan lejana. Los parlamentarios Guido Girardi, Manuel Antonio Matta y Manuel José Ossandon presentaron un proyecto para aplicar una restricción vehicular permanente para descongestionar la capital y ayudar a reducir la contaminación. Dicha moción ya fue aprobada por el Senado el pasado martes 7 de junio y el Ejecutivo, a través del Ministerio de Transportes, ha desarrollado indicaciones para flexibilizar la medida. Una de ellas es la creación de un pase diario, para que los vehículos que estén bajo la restricción -en días sin episodios de contaminación- puedan circular previo al pago de dicho permiso.

“Los buses, por la congestión, pierden en velocidad un tres por ciento al año. Eso es equivalente a sacar 90 buses de la flota en dicha cantidad de tiempo. Debido a esto, se deteriora el servicio. Entonces, para mejorar el transporte es vital reducir la congestión”, explica Andrés Gómez-Lobo, ministro de Transportes.

La medida busca una restricción por congestión aplicable 10 meses del año, exceptuando el verano. El problema es que eso fomentaría que la gente compre un segundo y, en algunos casos, hasta un tercer vehículo, contraproducente si lo que buscamos es descongestionar las calles. Lo que proponemos entonces es apoyar la moción parlamentaria de restricción permanente por congestión, y para evitar la compra de auto, la creación de un pase diario”.

Según explica el ministro, el pase diario sería una especie de permiso que podrá pagar el vehículo con restricción para así circular de igual manera por la ciudad. Como la medida sale más barata que comprarse un segundo vehículo, evitará el incremento del parque automotriz en las ciudades congestionadas, flexibilizando a la vez la restricción permanente. “Tiene varias ventajas adicionales. Aparte de evitar la compra del segundo vehículo, el pase diario permite usar el auto en el caso de que hayamos tenido algo planeado donde su uso sea crucial. Eso incluye a las Pymes, las que saldrían ganando porque sus vehículos se moverían en una ciudad con menos tráfico para distribuir de mejor manera sus productos, las que podrían descontar el pase diario como gasto con fines tributarios”.

La idea, en un principio, es que el costo del pase diario sea acorde a la tasación del vehículo. O sea, quien tenga un auto de alta gama tendrá un pase diario más caro que otra persona con un auto de menor valor, algo así como la lógica del permiso de circulación. “Uno hace el sacrificio una vez a la semana solamente. El pase diario, de necesitarlo, lo comprarías el día que tienes restricción. Los días que no tiene restricción podrás manejar en una ciudad menos congestionada”.

Si bien la medida busca descongestionar la calles de vehículos, de pasada aporta a la descontaminación: “Los factores que más influyen en la contaminación de los autos, es el tiempo que tienen encendido los motores. Por ejemplo un viaje de 10 kilómetros que se demora una media hora, versus uno de una hora, genera el doble de emisión”, explica Germán Oyola, jefe de división de calidad de aire del Ministerio del Medioambiente. “Entonces, hacer que los viajes sean más cortos, hace que las emisiones disminuyan proporcionalmente: si tienes un tráfico más fluido tendrás menos emisiones. Aunque la gente haga los mismos viajes, habrá menos autos en la calle, además los otros viajes se harán en menos tiempo, por lo tanto habrá menos emisiones”.

El proyecto también propone sectorizar la restricción vehicular de manera permanente en zonas donde, tras estudios, se determine que son vías o ejes que registran congestión la mayor parte del tiempo.

No todo es restricción

Francisco Fresard, ingeniero investigador en transporte, cree que la solución no debería venir desde la restricción. “Hay medidas de operación de tráfico más inteligentes, como el uso de tecnologías para controlar el correcto uso de los semáforos o la prohibición de carga y descarga o la recolección de basura en horas punta”, dice el ingeniero. “Por mucha imaginación, no lograrán bajar la congestión con ninguna restricción porque ya hay una suficiente cantidad de vehículos en cualquier barrio. Y no es sólo en Santiago, estos niveles son similares al menos en diez ciudades: Temuco, Antofagasta, Concepción, Valparaíso y Viña son ejemplos”.

Louis De Grange, ingeniero de industrias PUC con mención Transporte, opina que “el cobro del pase diario a lo mejor podría ayudar a que evitar que la gente se compre segundos o terceros autos, pero en ninguna parte del mundo se ha aplicado este sistema, así que todo eso son conjeturas. No hay evidencia tampoco de que a menos autos en la calle, los viajes en bus sean más cortos. Eso es falso porque los buses no es que den más vueltas si llegan antes al terminal: tienen un plan operacional que tienen que cumplir. Más hipótesis o conjeturas”.

El doctor Andrei Tchernitchin, jefe del departamento medioambiental del Colegio Médico cree que a la larga igual se comprarán más autos: “Habrán menos vehículos y menos congestión en un principio, por lo tanto menos emisiones pero no creo que esta medida sea aceptable porque a la larga la gente va a comprar más vehículos y va a ser casi lo mismo. Aquí son otras las medidas que hay que tomar, como por ejemplo prohibir absolutamente las estufas a leña en todo Chile. Además, hay empresas que contaminan mucho y que deberían fiscalizarse mucho mejor y utilizar combustibles alternativos”.

Para este domingo la Intendencia Metropolitana decretó preemergencia ambiental. Hay restricción para los autos con sello verde terminados en 6 y 7, y para los sin sello que terminan en 1, 2, 3, 4, 5 y 6.

Por mucha imaginación, no lograrán bajar la congestión”

Francisco Fresard, ingeniero

Francisco Belmar Orrego - Fundación para el Progreso

Improvisación vehicular

¿Qué plan puede haber detrás de tanta obligación arbitraria? Al parecer el mismo de siempre: improvisación.

H emos hablado mucho sobre la congestión y la contaminación de Santiago. Varias medidas se han planteado y, hace poco, tuvimos la oportunidad de mencionar el fin de la restricción horaria para vehículos de la locomoción colectiva. Ahora, hay un nuevo proyecto de ley. Este plantea incluir a los vehículos catalíticos en la restricción, con la posibilidad de pagar un pase diario para poder circular.

El Ministerio de Transportes está hablando de un plan con medidas de corto, mediano y largo plazo. El problema es que de ese plan no se sabe nada. Lo único a lo que tenemos acceso es a proyectos de este tipo, que parecen no querer ver con amplitud el problema. Cuando se sacó a los catalíticos de la restricción, el argumento era que eso fomentaba la compra de autos no contaminantes. Santiago hoy, lleno de catalíticos, está sumamente contaminado. ¿Cómo entonces podemos confiar en que la nueva medida acabará con la congestión y la contaminación?

Lo negativo de estas medidas es que buscan obligar a las personas a utilizar un sistema de transporte público deficiente. Quien no pueda pagar el pase diario tendrá que usar un Transantiago que sólo empeora. La miopía de los gobiernos en esto es siempre la misma. Se rehúsan a asumir su responsabilidad con la búsqueda de soluciones integradoras. Se contentan con obligarnos a subir a una micro y usar taxis que no dan seguridad. ¿Qué plan puede haber detrás de tanta obligación arbitraria? Al parecer el mismo de siempre: improvisación.