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Carola Bezamat es diabética y come productos atípicos

Escáner al refrigerador y la despensa de una mujer ultra sana

Rene Valenzuela


Hace cuatro años que Carolina Bezamat (38) lleva la sección “Vida sana” en “Mucho gusto” y ahora también el segmento “Súper alimentos” en el noticiario central de “Ahora noticias” en Mega. En el matinal la bautizaron como “la mujer más sana de la TV” y en su despensa donde no hay arroz ni fideos, sino maqui y cúrcuma en polvo.

Le diagnosticaron diabetes a los 10 años y vive con una bomba de insulina conectada a su cuerpo. Dice que desde niña su mamá le explicó que su alimentación no iba ser como el resto de los mortales.

Carola abre su despensa del departamento donde vive con su marido y explica lo que hay en el compartimiento superior: “Tengo calafate, rosa mosqueta y maqui liofilizados, es decir que se deshidrataron sin que perdieran sus propiedades. Los trato como polvo antioxidante para hacer jugo en las mañanas o mezclar con frutas como los arándanos. También cacao orgánico en polvo”.

Aparecen frascos de vidrio. “Son pastas, como la mantequilla de maní, para golosear. Hay acá una de aceite de coco y cacao y otra de almendras”, indica.

Un recipiente de plástico es clorofila en polvo. “Lo aplico en un jugo o batido, una cucharada al día. O también uso unos shots congelados que guardo en el congelador. Los uso para desintoxicar el organismo y ganar energía. Tiene un sabor fuerte, así que lo mezclo con manzana verde y jengibre”, señala.

Otro pocillo de plástico contiene linaza: “Nunca hay que comprarla molida porque pierde propiedades. Yo la hago en jugo, echándola a remojar tres horas para que suelte el mucílago (fibra viscosa), y después la cuelo y mezclo con ciruelas que ayudan a la digestión”.

Maca es un tubérculo peruano y Carola lo tiene en polvo bajo la etiqueta orgánico. “Me ayuda con la energía, no tiene sabor rico pero lo uso en batidos”.

La periodista cocina con aceite de coco. “Lo ocupo en salteados de verduras, para sazonar sopas y batidos. Deja un sutil y rico sabor a coco, como una preparación india. Es el único que a alta temperatura no libera toxinas”, cuenta.

Consume también amaranto: “Es una semilla que crece en Chile y nutricionalmente es parecida a la quínoa”. Un frasco con polvo morado es harina de uva: “Una chilena la hace, ella aprendió a procesar el hollejo y la pepa de esta fruta. Queda exquisita en harinas y queques”, dice. También tiene harina de almendras.

Siguiendo el tour , ahora por el compartimiento inferior de su despensa destaca el goji. “Tiene un sabor parecido a la pasa”, indica. Y espirulina en cápsulas: “Muchas la ocupan para bajar de peso por el efecto de saciedad, yo me tomo seis pastillas en la mañana porque ayuda a limpiar el organismo”.

También posee cúrcuma en cápsulas. “Es antiinflamatoria, y queda rica como aliño, moliéndola y acompañándola con ajo”, explica Carola.

Un pequeño frasco en un formato similar a gotas para los ojos llama la atención. “Es marca Cell Food. Le echas diez gotas al agua y queda un poquito ácida. Es oxígeno líquido y sería un suplemento para limpiar el cuerpo”, precisa. Tiene otras gotas “de melisa y paciflora para el relajo”.

Aparecen en el lugar semillas de cilantro en otro frasco. También topinambur deshidratado. “Es como una papa con sabor parecido a alcachofa. A los diabéticos nos sirve porque es carbohidrato de lenta absorción y no da peak de glicemia”.

La stevia que consume no es líquida, ni en tabletas o polvo blanco, es verde. “Ésta es la real y orgánica. La blanca está súper procesada”, dice.

En el mesón de su cocina hay azúcar rubia orgánica, quínoa blanca y roja, almendras, nueces, garbanzos, avena orgánica sin gluten, chía, semillas de maravilla, cardamomo, dátiles y semillas de zapallo. Acá ella repara en el café verde: “Es muy bueno para quemar grasa”.

Acá también están los kéfir o yogur y jugo de pajaritos. “Son prebióticos que ayudan con demasiadas cosas. Yo también los hago con agua. Mi receta es cuatro cucharadas de agua con azúcar, remojar y cuatro horas después echar jugo de manzana o agua de coco”, explica.

En el refrigerador de Carola hay arándanos, tunas, agua de coco envasada, lechugas, quínoa ya preparada en un recipiente hermético, brócoli, acelgas, una hoja de aloe vera, repollo, zapallo italiano, betarragas. “Todas las verduras y frutas son orgánicas porque evito la cantidad de pesticida que traen las normales”.

Acá destaca un trozo de miel de panal, miso (“que es una sopa que tiene algas”), un frasco de chucrut, jarabe de graviola (“una fruta parecida a la chirimoya”), y leches de avena y castañas de cajú con chocolates.

-¿Tu marido come lo mismo que tú?

-Sí, tuve suerte en eso. Octavio (Silva) es vegetariano hace 15 años y súper partner . Si le digo que me acompañe a una terapia de cuarzos, no lo duda y va.

Maca en polvo.

Linaza al natural.

Maqui liofilizado.

Aceite de coco.

Cacao orgánico en polvo.

Stevia en polvo.

Espirulina en cápsulas.

Miel de panal.

Shot de clorofila.

Suplemento de oxígeno líquido.