E l fin de semana se realizó una dura competencia. Se trató de la quinta edición del The North Face Endurance Challenge, una serie de ultramaratones que se corren en cerros a la altura de San Carlos de Apoquindo, y con pruebas tan increíbles como las de 80 y 160 kilómetros.

El sábado, además, la jornada comenzó con frío, con lluvia y sin luz natural porque fue a las cuatro de la madrugada cuando se dio la largada de los 80 km. Una hora después se inició la segunda tanda de los 160 km, que había comenzado el viernes, y un poco más tarde comenzaron las pruebas de 21 y 10 km.

Hubo más de 2.000 mil inscritos, más de 200 personas trabajando en 15 puestos de control cada diez kilómetros, dos helicópteros, cinco ambulancias, motos de patrullaje y mucho público. Entre ellos, dos estudiantes de segundo año de Ingeniería de la Universidad de Chile, Vicente Charpentier, de 22 años, y Joaquín Castillo, de 20.

Según el relato de las familias de estos estudiantes, la última vez que alguien los vio fue a las 14 horas en el sector de los Saltos de Apoquindo, cascada a unos 16 kilómetros de distancia de la entrada del parque Aguas San Ramón, en La Reina.

Luego, a las 19 horas, la madre de uno de estos jóvenes recibió un WhatsApp donde se leía, según cuenta Gunther Hiche, del Cuerpo de Socorro Andino (CSA): “Mamá, Cerro Provincia, llama al helicóptero, llama al Gope”.

En cosa de minutos, Carabineros se contactó con los organizadores de la competencia para informar de los jóvenes extraviados. Los estudiantes, estaba claro, no se habían inscrito en ninguna prueba. De haberlo hecho ya los habrían encontrado porque todos los deportistas portaban un chip rastreable por GPS, entre otros implementos de seguridad. Se les consultó por radio a todos los que trabajaban en los puestos de control y nadie los había visto por ninguna parte. De pronto se hizo de noche. Ya era demasiado tarde para buscar.

Hasta la tarde de ayer no había rastros de Vicente y Joaquín. Gunther Hiche, del CSA, explica que el plan de búsqueda, en el que participaron también personal del Gope de Carabineros y del Club Andino Universitario de la UC, consistió en cubrir las tres más probables rutas que pudieron tomar los jóvenes.

La primera, por supuesto, fue el Cerro Provincia, que tiene una altura de 2.750 metros, y en cuya cúspide se encuentra un domo metálico, un refugio que está disponible para cualquiera que tenga problemas en caso de tormenta. “Teníamos la esperanza de encontrarlos allí, pero a las 14 horas de hoy (lunes) llegamos allí y no encontramos a nadie”, dice Hiche.

La segunda alternativa fue hacer una especie de operación rastrillo en el Valle del Sauce, una zona boscosa al norte del Salto de Apoquindo y que bordea el Cerro Provincia. Mientras que un tercer equipo de rescate se dirigió al Cerro San Ramón, ubicado al sur. Pero nada.

“El problema aquí es el tiempo”, dice Hiche. “Hoy hizo una mínima de ocho grados bajo cero y una máxima de dos, y por la información que tenemos, los jóvenes estaban vestidos apenas con short y polera y acaso un cortavientos. Y disponían de un mínimo de comida y agua”.

Diego Mardones, amigo de los jóvenes, agregó que la búsqueda no se detiene en la noche. “Hay turnos de rescatistas que suben mientras otros bajan y algunos incluso se están quedando arriba acampando, buscando durante la noche”, dice.

Hasta ayer habían participado 100 personas en la búsqueda, pero a partir de hoy martes se sumarán especialistas en montaña del Ejército, más perros rastreadores, helicópteros y drones. Pero el problema del tiempo continuará. El llamado hecho por Martín Canessa, un amigo de Vicente, fue dramático: “Estamos angustiados, necesitamos ayuda especializada para esta emergencia, que está en las horas más críticas”.

Para la Región Metropolitana había pronosticada una lluvia con una temperatura máxima de 17 grados. Multiplique ese frío a 2.500 metros sobre el nivel del mar.

El voluntario Gonzalo Marambio, del CSA, subió un video a redes sociales donde describe que la visibilidad este lunes era de 20 metros y volvía a la base, debido a que las condiciones empeoraban. Las imágenes eran dramáticas y reflejaban el duro momento que se vive en la montaña.