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Participan de este modelo flexible estudiantes e incluso profesionales

Nanas se reinventan: trabajan por horas y en distintas casas

Mauricio Ruiz


V inka Peñaloza, 26 años, es fotógrafa profesional y nana. Es parte del centenar de mujeres que pertenecen al staff de la aplicación Tuten ( http://www.tuten.cl) donde se ofrecen los servicios de aseo de hogar, incluyendo lavado y planchado, en la Región Metropolitana.

No trabaja en una casa en particular, va dónde la requieran a través de la aplicación. A ella le llega una alerta de un servicio de aseo y analiza si, por el horario y la ubicación de la vivienda, le conviene tomar la oferta de empleo. Por lo general, gasta cuatro horas hacer el aseo en una vivienda y el tiempo que le queda de la jornada se lo dedica a sus pitutos como fotógrafa o a cuidar a su sobrino. “Me gusta este sistema porque me permite tener flexibilidad horaria y dedicarme a mis otras actividades. Además, trabajar para distintas familias me es cómodo. No tener siempre el mismo jefe o jefa es entretenido”, dice.

Woldemar Lecaros, cofundador de Tuten, donde también ofrecen servicios de gásfiter y electricistas, dice que el modelo nace para que las nanas acomoden el horario laboral de acuerdo a sus necesidades personales. “Por eso es que la mayoría de las personas que son parte de nuestra aplicación son estudiantes, incluso profesionales, ya que les permite sumar ingresos. También hay personas que siempre han trabajado de nanas, pero que con este sistema tienen más libertad horaria y trabajan en más hogares”.

Aida Cabrera es peruana y hace tres años trabajaba como nana puertas afuera en La Dehesa. El traslado desde Santiago Centro y cumplir un horario 9 horas diarias no le permitían retirar a su hijo del colegio, un problema insuperable hasta que eligió trabajar con los horarios flexibles de Tuten. “Siempre tengo opciones de trabajo”, dice.

La nueva ley de empleadas de casa particular, que obliga a los empleadores a hacerles un contrato laboral aunque trabaje por horas, ayudó a que la demanda por el servicio de intermediación que ofrece Tuten se acelerara desde el año pasado. “Acá no se está violando esa ley porque no hay una habitualidad, es decir, la niña que va hacer el aseo no cumple una jornada ni tampoco tiene un empleador. La dueña de casa sólo pide un servicio y nosotros se lo conseguimos para una hora puntual y con una nana que esté dispuesta a hacer el trabajo”, cuenta Lecaros.

El jefe jurídico de la Dirección del Trabajo, José Francisco Castro, explica que para que exista una relación laboral, la legislación obliga a que haya vínculos de subordinación o dependencia. Sin embargo, asegura, que “hay ciertos casos en los que no existe relación laboral, esto es cuando son servicios discontinuos o esporádicos a domicilio”. Esta es la figura que usa Tuten. “Insisto que nosotros somos una intermediación, unimos la oferta de personas que hacen el aseo. Es un servicio específico, temporal, donde no hay vinculación con quien necesita ese servicio”, explica Lecaros.

En Tuten dicen que a todas las nanas que reclutan les hacen una entrevista laboral y chequean sus antecedentes para comprobar si son idóneas para el trabajo.