J osé Luis Muñoz, el Jota o Ribery para sus amigos, pasará a la historia del fútbol chileno como el delantero que terminó con una sequía de casi 50 años de los equipos chilenos en Argentina por la Copa Libertadores, tras anotar el gol con que Everton derrotó a Lanús el martes.

Nelson Acosta, por su parte, podrá jactarse de que fue el único técnico que le dio una oportunidad en Primera División a Muñoz, su nuevo pichón, desechado en O’Higgins, su club de origen, por el bielsista Jorge Sampaoli.

“Cuando hice el gol pensé en los momentos duros que pasé en Tercera, en Colchagua y en Magallanes. También en mi familia, en quienes me ayudaron. El gol se lo dediqué a mi abuelita Baldomera, porque vivo con ella. Cuando la llamé, estaba llorando de emoción”, dijo el goleador al llegar a Chile.

-¿Porqué te dicen Ribery?

-Me parezco a él y tengo una cicatriz que me hice cuando era niño en un accidente en bicicleta. Pero mi ídolo es Ronaldo.

Joel Retamal es un entrenador que trabajó 3 años en O’Higgins y conoce mejor que nadie al Jota, ya que lo recibió cuando tenía 11 años. “Es del barrio nororiente de Rancagua y llegó a las escuelas de fútbol. Yo lo vi con muchas condiciones, bueno para anotar, y lo llevé a las inferiores. Siempre le pegó muy bien al balón, tal como pudieron ver en el gol que le hizo a Lanús. Se me hizo un nudo en el pecho de orgullo al verlo”, cuenta el descubridor.

La mejor anécdota es que Muñoz estaba mal inscrito en el Registro Civil: “El carnet decía que era nacido en 1988 y él nació en 1987. Eso tenía preocupada su mamá. Él al tiro se destacó porque era más grande, pero después arreglaron eso con un abogado”.

-¿Por qué no tuvo una oportunidad en O’Higgins?

-Eso me dolió mucho. Por suerte Nelson Acosta se lo llevó a Everton: él tiene muy buenos dateros acá en la Sexta Región.