U n set de fotos “íntimas”, como ella las denomina, que se tomó desnuda con su ex pareja entre el 2006 y el 2010, terminaron convirtiéndose en un dolor de cabeza para Natalia Medina, de 26 años.

Nacida y criada en el pueblo de Santa Juana, Octava Región, esta tía que trabaja en un furgón escolar, recibió una nada diplomática visita hace dos semanas. Era la actual esposa de su ex, quien se había topado con las famosas imágenes. “Él se quedó con el CD y lo mantenía bajo llave, pero ella lo encontró”, relata Natalia. Junto con las fotos también había un video con similar temática.

Según el Ministerio Público, el encuentro entre ambas mujeres derivó en una pelea en la que Natalia quedó con lesiones leves en el rostro. El matrimonio fue detenido y quedó con prohibición de acercarse a la tía del furgón. Pero a la historia le quedaba otra vuelta.

Al día siguiente la imagen de Natalia desnuda, plasmada por una impresora casera, apareció pegada en los árboles, postes y muros de Santa Juana, a vista y paciencia de sus 13 mil habitantes.

“Es una falta de respeto, imagínese cómo me siento, acá todos nos conocemos y yo tengo dos hijos, de dos y cuatro años (cuyo padre es precisamente el hombre que motivó esta pelea). Lo más increíble es que la gente que me apoya sacaba las fotos y me las venía a dejar a mí”, asegura.

Los vecinos cuentan que las calles estaban empapeladas con las imágenes, que ya fueron retiradas. Sin embargo, todavía es posible encontrar una que otra botada, volando al viento en los alrededores de la comuna.

La fiscalía inició una nueva investigación, ahora por el cargo de ultraje público a las buenas costumbres, que tiene una pena máxima de 541 días de reclusión. Natalia asegura que, en medio del mechoneo, su contrincante la amenazó con publicarlas, pero hasta ahora no hay pruebas para inculparla.

“Es una situación muy compleja, principalmente porque hay dos niños pequeños involucrados, los hijos de Natalia”, dice Ángel Castro, alcalde de Santa Juana, quien se reunió por separado con las dos mujeres para aclarar la situación que mantiene en vilo al tranquilo pueblo. “Les vamos a dar apoyo sicológico a ambas para evitar nuevas agresiones”, aclaró el edil.

Por ahora, Natalia espera los resultados de las pesquisas. “Espero que se investigue y quien sea culpable pida disculpas públicas, porque está mi honra en juego”, recalcó.

Ni su ex pareja ni la esposa de él quisieron referirse públicamente al caso.