René Calas tiene 67 años, trabajaba en un banco de sangre en La Habana hasta que su hobby, un jardín de orquídeas, se trasformó en el más grande de Cuba y él automáticamente, en una eminencia sobre la flor. Su hijo del mismo nombre, trabajaba en el famoso Jardín Botánico Nacional, en el vivero especializado de plantas y flores exóticas.

Hoy llevan juntos dos años en Chile y apenas arribaron al país, decidieron adaptar aquí el negocio familiar de jardinería y venta de flores que tenían en la isla bajo el nombre de Jardín Fontanar.

“Tuvimos que empezar de cero y hemos ido avanzando de a poco. Ofrecemos diseño, construcción y mantención de jardines para particulares, maceteros ornamentales y jardines en miniatura. Hemos hecho trabajos para muchas casas, entre ellas la embajada de Bélgica, uno de nuestros trabajos más vistosos”, detalla René hijo ( www.jardinfontanar.cl).

-¿Sirve todo su currículum?

-La verdad que sí, los clientes quedan sorprendidos. Además, apenas empezamos a llamar a todas las especies por su nombre científico se dan cuenta de que no somos cualquier profesional.