Que la matrícula, que el uniforme, que los zapatos, que los cuadernos, que la ropa de gimnasia… cuando llega la hora de comprar los textos escolares que acompañan cada materia, ya el presupuesto está agotado. Y las ganas de gastar también.
El libro de física de primero medio de la editorial Santillana, por mencionar apenas un ejemplo, figura en $28.500 en la página web de la Feria Chilena del Libro. Y ese es apenas uno de los que piden en ese curso. El de Sociedad de séptimo básico de la editorial Crea Mundos está a $26.030 en la librería Antártica y a $27.500 en la Feria Chilena del Libro.
Pero no todo son malas noticias. Hay un grupo de emprendedores que creó“Greenlibros” (algo así como libros verdes), una idea que tiene buenas intenciones ambientales, pero por sobre todo buenas intenciones para con los bolsillos de los papás.
¿De qué se trata? Lo explica uno de esos emprendedores, el estadounidense Alan Mackiewicz, quien lleva cuatro años viviendo en Chile. “Nuestra idea es recolectar libros usados para luego donarlos o venderlos. Así evitamos que muchos libros vayan a la basura”.
Más en concreto, lo que hace él junto a Juan Cristóbal Prieto y Jaime Knsbet es reciclar textos escolares. O sea, recolectan, en diferentes colegios y puntos de la ciudad, libros usados, incluso rayados, y los recuperan borrando todas las marcas de sus antiguos dueños. Usan goma de borrar si se trata de marcas con lápiz mina o adhesivos blancos si están rayados con tinta. Luego les ponen precios mucho más baratos que los nuevos y los venden.
El de física Santillana de primero medio lo pilla en “Greenlibros” por $16.500, casi lo mismo que el de Sociedad de Crea Mundos. Casi la mitad que los nuevos.
La librería que recicla no atiende público en su local-bodega, que está en Patronato, allí sólo entrega lo previamente acordado a través de www.greenlibros.com. “Nos pueden hacer llegar la lista de textos y les hacemos una cotización. Y si lo desean, ellos mismos pueden borrar el contenido y así obtienen un descuento extra de $2.500”, dice Juan Cristóbal.