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Armando Cisternas dice que hay que estar preparados para el megarremezón

Sismólogo le pone plazo al terremoto del norte

M. Eugenia Salinas


L a famosa calma sísmica tiene sus días contados. La zona comprendida entre el sur del Perú y la península de Mejillones, donde históricamente ha habido fuertes remezones, no ha visto acción desde 1877, pero todo indica que no falta mucho para que se ponga al día.

Como han reiterado los especialistas, es imposible predecir cuándo ocurrirá un sismo, pero según los estudios del sismólogo Armando Cisternas, académico de la Universidad de Chile y de la Universidad Louis Pasteur, de Francia, la calma sísmica se debería interrumpir pronto.

“La ruptura (de las placas tectónicas) se produciría entre Arica y Antofagasta, que son cuatrocientos y tantos kilómetros. En ese sector se han ido acumulando deformaciones de material que están cercanos a la ruptura. Puede ser este año, puede ser el próximo o en diez años más”, plantea al teléfono desde la ciudad de Estrasburgo, Francia.

“No puedo decir exactamente cuántos años, pero está en el orden de los 15 años, no va a ser mucho más tiempo. La presión se ha acumulado desde 1877, tiempo suficiente para producir ya un terremoto”, acota.

-¿No podría ser en 50 años?

-No. La cosa está bien preparada ya. Estamos más o menos en el momento en que ese terremoto tiene que venir. El acercamiento entre las dos placas es tal que cuando se mueva una respecto de la otra se producirá un movimiento del orden de los 12 metros de una placa respecto de la otra. Eso es equivalente a un terremoto magnitud 9. Así que ya está todo preparado para que ello ocurra.

“En 1877 hubo olas de hasta 20 metros. En los sectores planos, como Arica, el tsunami fue muy destructor. Fue capaz de arrastrar un kilómetro y medio tierra adentro dos barcos de guerra, uno peruano y otro norteamericano. En Iquique hay muchos edificios importantes que se encuentran en zonas inundables. La gente tiene que estar muy bien preparada y saber exactamente dónde ir”, plantea.

20

metros

tenían las olas del terremoto ocurrido en 1877 que destrozó gran parte del norte del país.



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